Entrevista de José Manuel Echever en Radio Asturias, en el programa Hoy por Hoy Asturias, el día 01 de enero de 2021 (Podcast del programa completo)
No estaba seguro de cerrar el año publicando un nuevo artículo, porque lo normal a estas alturas sería escribir algo parecido a una lista de deseos para el próximo, o de propuestas a modo de retos personales con los que al final del veintiuno martirizarme por todo aquello que no pude conseguir durante los doce meses precedentes. Y es que siendo realistas, este año que dejamos ha sido tan horrible, que no me atrevo a pronosticar cómo será el que comienza en unos pocos días. Sin embargo, esta semana escuchando una tarde la radio como suelo hacer por costumbre casi a diario, me encontré con una entrevista que le hacían a Elvira Lindo, una escritora a la que admiro no solo por su trayectoria literaria, que entre otras cosas ha dado a conocer al bueno de Manolito Gafotas, sino también porque creo que es una de estas personas que siempre ha defendido sus ideales sin ofender a nadie, y eso, en estos días, es algo difícil de encontrar en cualquier personaje público. En esa entrevista, el presentador le preguntaba por aquellas cosas que han sucedido durante estos doce meses que dejamos y que no le gustaría ver repetidas durante el próximo año.
La cuestión es que al momento, escuchando no las respuestas que ella daba sino solo la pregunta, se me vino repentinamente a la cabeza la idea de escribir algo así como LA ANTILISTA. Es decir, en lugar de perder el tiempo elaborando un inventario de deseos para el 2021, conformarme con pedir que algunas cosas con las que hemos vivido este año que dejamos y también los anteriores, desaparezcan de nuestras vidas para siempre, como seguramente hará el virus este con el que llevamos peleando desde marzo. Incluso, pensando en hacer pública esta ANTILISTA, invitaros a todos los que os atreváis a leerla a que tratéis de añadir vuestras propuestas para completarla, a ver si entre todos logramos que alguno de sus puntos se borre aunque solo sea por pura insistencia.
Aquí os dejo cinco reflexiones con las que he pensado comenzar esta ANTILISTA. No sé si el orden de importancia es justo en el que aparecen, aunque a decir verdad es lo mismo, y con que estén ahí a mí me vale.
- No quiero volver a ver los hospitales abarrotados nunca más, sin capacidad para atender a los enfermos que les lleguen.
Fijaros que no pido que el virus desaparezca. Por descontado que quiero que este bicho del demonio se borre de la faz de la tierra. Pero lo que de verdad me gustaría, es que la Sanidad española estuviese preparada para afrontar lo que le venga, no solo ahora de manera inmediata, sino también en un futuro cuando La Covid desaparezca y nos lleguen otras amenazas en forma de dolencias médicas, que estoy seguro de que llegarán, por mucho que no queramos ni imaginarlo. Somos una especie débil y a las pruebas me remito. En nuestra capacidad para globalizar el mundo está nuestra pena, y a poco que en algún punto del planeta haya alguien al que se lo ocurra comerse otro gusarapo contaminado con algún tipo de bacteria, ya la habremos vuelto a liar. Así que debemos de gritar alto y claro que con la Sanidad no se juega. Defendamos esto de lo que tanto presumimos en España para hacer que sea un estamento blindado, algo que a ningún gobierno de los que venga se le ocurra meter mano si no es para fortalecerlo.
- No quiero que los patriotismos exacerbados sean los que ondeen las banderas.
En los últimos tiempos, parece que nos hemos acostumbrado a ver cómo en cada rincón del país sale un grupo abriéndole la cabeza al vecino con el mástil de su bandera. Y a mí, que adoro la tierrina hasta el punto de que cuando me alejo de ella noto como se me secan hasta las venas, me joden una barbaridad los nacionalismos encolerizados, sean del color que sean. ¿Es que no os dais cuenta de que todos venimos del mismo mono? ¿O pensáis que hace trescientos mil años, el primer homo que vivió en la tierra llevaba una barretina en la cabeza? Defendamos lo nuestro a muerte, hagamos que nuestra manera particular de ver el mundo que nos rodea no se pierda, y tratemos de que nuestros hijos se sientan orgullosos de su patria y de su bandera. Pero por favor, no cometamos el error de pensar que el resto es una mierda. No despreciemos a nadie porque no piense de la misma manera que nosotros, y no hagamos que las fronteras culturales se conviertan en muros imposibles de franquear; o tratemos de asfixiar con la tela de una única bandera la riqueza cultural que atesora un país tan vivo como el nuestro. Intentemos ser uno solo pero cada cual a su manera.
- No quiero que ninguna mujer más se vuelva a morir a manos de su pareja.
Este año ya van 42, el pasado 55, el anterior 51, hace tres 50. Está claro que cualquier muerte con violencia es una mierda. Que hagamos lo que hagamos, siempre habrá seres despreciables, del género que sea, que se creen con la legitimidad suficiente como para arrancarle la vida a otra persona. Pero me duele tanto pensar que en este país en el que vivimos aún sigue habiendo medio centenar de mujeres cada año que acaban siendo víctimas del hombre que se supone que les quiere… No, no vale eso de que hay amores que matan, porque matarte es precisamente lo último que te puede hacer alguien que te ama. Y el que lo hace, no es más que un cobarde incapaz de asumir que la vida pasa, alguien con tanto miedo a la soledad, que prefiere pagar su frustración matando a un ser querido antes que afrontar la realidad. Ya está bien de mirar para otro lado cuando nuestro vecino presume de sacar la mano a pasear, o cuando una mujer que conocemos se aferra a eso de que «él antes era muy bueno», porque después de un gesto de desprecio siempre acaba llegando algo mucho peor.
- No quiero que los políticos de este país sigan en guerra, enarbolando discursos populistas con la única intención de ganar un puñado de votos.
Ya lo he escrito un montón de veces, pero de verdad que estoy agotado de sentir vergüenza cuando miro hacia las máximas figuras políticas de este país, y veo como se tiran los trastos a la cabeza pensando que así, estirando una cuerda cada vez más tensa, van a ser capaces de que todos aquellos que no miramos hacia la política con gafas polarizadas, acabemos cayendo hacia un lado o hacia el otro y les demos el gusto de calentar una silla durante al menos cuatro años, cobrando sueldos inalcanzables para la mayoría de los españoles, muchas veces por hacer que este país no salga nunca de la miseria ideológica del pasado. A ver cuando estos que gritan al de al lado, siempre parapetados detrás de una coraza de colores con el objetivo de no acabar malheridos, se atreven a salir de las trincheras para hacer políticas constructivas en lugar de dinamitar cualquier idea buena solamente porque se le ocurra al del bando contrario. Señores, esto no va de pandillas barriobajeras y las guerras, aunque se ganen, solo traen inmovilismo, y lo que a nosotros nos hace falta es justo lo contrario. Progreso, pero del bueno, del que trae bienestar, salud y trabajo.
- No quiero que nuestras mentes más brillantes se larguen del país porque aquí no les damos trabajo.
No quería cerrar esta lista sin acordarme de esta cantidad ingente de jóvenes que acaban sus estudios cum laude en las universidades de nuestro país, y que tienen que largarse porque aquí, y desde hace años, la ciencia ha pasado a un segundo plano, y preferimos pagarle más a un tipo por meter goles que a un físico por enviar un satélite al espacio. Me da mucha pena pensar que hay cientos de españoles repartidos por el mundo, haciendo crecer otras naciones mientras sus gobernantes se frotan las manos, cuando aquí nos conformamos con mirarlos orgullosos cuando salen en la prensa firmando algún logro en su campo. ¿Cuánto hace que España no tiene un Premio Nobel? Pues hala, a seguir aplaudiendo los goles.
Si habéis llegado hasta aquí leyendo, quizás estéis de acuerdo conmigo en que este año es mejor pensar en borrar lo malo del pasado. En hacer bueno el que venga solo con evitar cometer siempre los mismos fallos. Si es así, un poquito más abajo tenéis un campo vacío para añadir un punto más a la lista. Con uno basta. A ver hasta dónde llegamos.
Feliz año 2021 para todos.
Francisco Ajates.